El arranque de la nueva temporada de Showmatch coincidió con una nueva emisión de Masterchef, el programa que venía teniendo más rating en nuestro país. Esta coincidencia en la grilla llevó a que se hablara de “el duelo televisivo del año”, duelo que llegó a convertirse, de alguna manera, en la competencia entre la cultura y la decadencia, entre la calidad televisiva y la basura, entre lo uruguayo y lo argentino.
En primer lugar, sería interesante problematizar el rating, una encuesta de la que no se sabe nada de su metodología pero que define la circulación de millones de dólares en publicidad. Si bien las encuestas que suponen estar bien no están acertando a los resultados electorales, los auspiciantes, medios y el público en general, toma el rating como un dato casi transcendental a pesar de ser totalmente opaco.
En segundo lugar, se podría hablar del límite artificial entre lo auténtico y lo inauténtico en la televisión de concursos y reality shows y como, mediante la mediatización, lo auténtico se espectaculariza y se convierte en ficción.
En tercer lugar, se puede hablar acerca de la televisión masiva, los programas pre-formateados y la producción de grandes espectáculos televisivos en el contexto de la industria cultural.
Finalmente, es una buena oportunidad para analizar la relación imaginaria y simbólica que los uruguayos establecen con lo argentino y fortalecer nuestra hipótesis de que un uruguayo es un no-argentino.
Estaría bueno hacer todas estas cosas y en este programa nosotros lo hicimos.