Desde hace un tiempo es difícil tener una discusión política sobre derechos, nuevos colectivos sociales o sobre casi cualquier reivindicación reciente sin que alguien critique a otro por ser “políticamente correcto” o diga que no hay que tener miedo a ser “políticamente incorrecto”.
Se podría estar de acuerdo en que es importante evitar los clichés del progresismo empresarial que reducen la política a políticas específicas y los planteos de ciertos movimientos conservadores disfrazados de progresistas, pero en general lo que se encuentra en esas frases no es un rechazo al feminismo encarnado en Hillary Clinton y Beyonce sino un rechazo al feminismo en general, y lo mismo sucede con otras reivindicaciones.
En este programa hicimos un intento de genealogía de los términos encontrando su origen en la censura stalinista y el origen de su uso contemporáneo entre paleoconservadores y derechistas racistas y sexistas. Con el tiempo, los témrinos fueron adoptados por el Partido Republicano y otros movimientos de derecha conservadora hasta llegar a convertirse en comodines de Trump y otros personajes semejantes. Además, denunciamos como falsa esa oposición por restringir el debate y por aceptar términos de discusión utilizados por la ultraderecha e hicimos un análisis crítico de algunos personajes de humor de los medios uruguayos observando que detrás de esa crítica a la moralidad de los nuevos derechos lo que se esconde es una mroalidad conservadora extrema.