Se cumplieron 50 años de la muerte de Ernesto “Che” Guevara y no fue algo que pasara desapercibido. Algunos lo consideran un héroe de los pueblos oprimidos, otros un asesino despiadado, tal como sucede en general con la revolución cubana y el gobierno establecido posteriormente. La figura de Guevara genera ideas muy polarizadas definidas en general por prejuicios previos que no permiten un análisis de lo complejo de su accionar político y de la historia cubana de los últimos setenta años.
Teniendo en cuenta que la revolución cubana surge en un momento alto del imperialismo estadounidense (la categoría historiográfica, no el significante vacío) y sin olvidarnos de lo complejo que fue el período posterior a la revolución, hablamos de Guevara como símbolo generacional y político pero también como signo vaciado y convertido en una mera mueca de pensamiento izquierdista.
Finalmente, observamos que Guevara no es el único que se ha convertido en ícono de la cultura de masas sino que es parte de una larga serie de íconos pop entre los que podemos incluir a Michael Jackson y a José Mujica (pero no a Luis Lacalle Pou).