El programa pasado hablamos del impulso que tomó la derecha conservadora en Argentina y Brasil imponiendo o deslizando reformas neoliberales de carácter excluyente y pérdida de derechos básicos en materia laboral y económica. Pero, junto con esa avanzada económica que dice ir contra ideas antiguas aplicando medidas de los 80 y 90, viene una avanzada social que nadie puede dudar en considerar retrógrada.
En Argentina (donde la campaña electoral incluye el oficialismo de algunos periodistas y agentes del poder judicial) se eliminaron de forma administrativa pensiones por invalidez y por viudez, se subejecutó el gasto en educación y salud a la vez que se están comprando armas destinadas a la represión interna y los candidatos y militantes oficialistas salen con declaraciones un poco complicadas.
Mientras, en Uruguay, una guía de educación sexual bastante naif ha generado reacciones iracundas de gran parte de la derecha partidaria y social pero también de algunos izquierdistas que parecen coincidir en que hay una movida que intenta imponer valores homosexuales para discriminar a los heterosexuales. Pero en el Opio notamos bastante más la discriminación hacia negros, mujeres, gays y personas trans, que seguramente somos, sin saberlo, parte de esa conspiración.